Historia de un doblaje I: XXIV Cross UAM

Este fin de semana he doblado y para no hacer muy largo el post. Lo dividiré en dos, ya que las carreras aunque son de cross, el planteamiento no tenía nada que ver así como las sensaciones.

No suelo hacer estas "matadas", pero de vez en cuando no viene mal meterse estas palizas, para saber como  reacciona el cuerpo y la mente.

Las carreras elegidas fueron el cross de la UAM en Cantoblanco y el cross de la Ciudad de los Poetas en la Dehesa de la Villa.

En el cross de la UAM tenía ganas de probarme, ya que este año me encuentro mejor en este nuevo ciclo de veterano. Tenía como referencia que había corrido el año pasado en 26:04 para 6.300 metros y en total lo he corrido en 7 ocasiones contando con la del sábado(1999, 2000, 2004, 2008, 2009 y 2011)  así que conocía bien el circuito.

Siempre que haces doblas y compites dos días seguidos hay una carrera que te interesa más que la otra y te la tomas más en serio, pues en esta ocasión fue este cross el principal y domingo lo dejaba para conocer la carrera que siempre me ha apetecido correr en la Dehesa de la Villa alguna carrera y esta era una buena ocasión. 

Dieron la salida y entre salí fuerte y los de delante salieron lentos debido a la pedazo de cuesta que hay al principio tarde más en perderlos de vista. Llegué a la subida, me la tomé con calma pero a un ritmo constante, que luego me vi frenado por el tipo que corría delante de mi y no tenía sitio por donde pasarlo, luego a posteriori me vendría bien el haberme frenado. 

Llego arriba de la cuesta y hay barro giros y voy a buen ritmo, me siento fuerte, que domino la situación, que controlo, hasta disfruto de las vistas de las torres de Madrid y los barrios de alrededor. Comienza la bajada, bastante empinada y la gente aprovecha para lanzarse "tumba abierta" yo aprieto, pero no voy muy lanzado y llegamos al bosque, la parte más bonita del cross, se va por un camino lleno de pinos, que le dan su encanto. Es la parte más fácil del circuito, llana o en ligera bajada, es una situación extraña, no noto a penas cansancio y estoy en tierra de nadie, los de delante están muy delante y los de detrás, pues ni idea, no me he girado para comprobarlo, comienzo a apretar y poco a poco alcanzo a los de delante, sigo haciendo mi carrera, les rebaso y otra vez estoy solo en la misma situación, sigo a muy buen ritmo y se repite la situación, adelanto otra vez a un grupo que me sacaba cierta distancia, pero todavía queda la mitad de carrera y queda una cuesta al final que como llegues mal estas jodido. 

El bosque se acaba y comienza un camino con piedras, en el que poco a poco vas subiendo, alcanzo a otros corredores, y pienso por unos instantes en quedarme con ellos, pero aún me noto bien y sigo para delante aunque bajo un poco el ritmo para enfrentarme a la cuesta. Llega la cuesta y empiezo a notar el cansancio pero es subirla y prácticamente lo que queda sera bajada. Este pensamiento me hace mantener el ritmo.

Giro una curva, veo la meta y aumento el ritmo, al de delante no le pillo y el de detrás debe andar lejos pues no le oigo, así que con las fuerzas que tengo no esprinto como en otras ocasiones y termino en 25:30 y termino muy contento pues supone un recorte de más de medio minuto con respecto al año pasado en una distancia corta y con un terreno más embarrado.

En próximo post hablaré del cross de la Ciudad de los Poetas y lo que sufrí...