jueves, 21 de noviembre de 2013

No habrá paz para los rivales


Estoy corriendo a unos ritmos increíbles, eso sí, para no perder el metro, el autobús o el tren, porque de momento es esto lo que estoy corriendo. A buenos ritmos, pero sprints, muy cortitos. Casí nunca se me escapan los transportes, y juego a adelantar a esos otros pasajeros-corredores que intentan atraparlo como yo y he de decir, que sienta bien, que me siento bien corriendo, que me gusta disfrutar de esa velocidad aunque sea solo por unos instantes y me siento ganador cuando logro alcanzar el convoy y cuando se me escapa pienso que debería haber corrido más rápido. 
Después de estas carreritas, la fascia no se resiente. Ni cuando subo escaleras, ni cuando me levanto de la cama, como suele pasar muchas veces. Me suele molestar cuando llevo un buen rato caminando o un buen rato sentado, pero hoy, que me toca currar 12 horas, no he notado molestia alguna (en algún momento me he levantado del asiento).

Como me molesta al caminar, apenas lo hago, menos correr (quitando los sprints), pues se nota, en la panza, he engordado 3kg y pico casi 4 desde que dejé de correr. Intentaré no seguir pillando peso, pero, es que tengo un poco de ansiedad y suelo devorar. Comer, correr, son verbos parecidos y como ahora no puedo correr... pues toca comer.

Bueno, algo de ejercicio hago, flexiones y abdominales, lo que uno no suele hacer cuando corre, eso me ayudará a una vuelta mejor y ponerme en forma antes, sin prisa, pero sin pausa.

Pero ya veréis poco a poco iré cogiendo la forma, así que disfrutad rivales ahora mientras esté ausente, me va a ser difícil alcanzaros, pero seguid entrenando duro, algún día volveré y ese día no podréis descansar, no habrá paz.


jueves, 7 de noviembre de 2013

Debut en montaña y larga distancia


Aprovechando que tengo la pata chunga y que no tengo historias que contar sobre entrenamientos, ni carreras actuales pues haré una entrada dedicada a mi debut en las carreras de montaña y larga distancia, ya que por entonces no tenía blog, y no sé si siquiera tenía internet. 

Allá por el año 1999, cuando muchos de vosotros no habías nacido, me refiero en el mundillo runner, ya que la gran invasión de runners vino en la década siguiente vi lo que esperaba desde hace tiempo una carrera de montaña de una distancia asequible, medio maratón. Siempre me había llamado la atención desde que empezaron a proliferar este tipo de pruebas en debutar en alguna, pero casi todas superaban los 30 km y eso me daba yuyu. La carrera elegida fue el medio maratón de montaña, Villa de Jarandilla.

Parti con mi amigo Javier en autobús para pasar un gran fin de semana en Jarandilla. Este ya estaba experimentado en largas distancias ( que ya había corrido alguna vez el Mapoma), pero era nuevo también en la montaña, .
Como normalmente no hay carreras de distancias intermedias entre los 10km y el medio maratón iba un poco con temor a la distancia y otro poco con temor al terreno, a las cuestas. Pero los que conozcan esta media maratón sabrán que no es una carrera puramente de montaña. Así que cuestas hay y también hay piedras, pero más de la mitad del recorrido es por asfalto o cemento. 

La prudencia hizo que fuera todo el rato con el freno echado y acompañando a mi amigo Javier, yendo despacio, contemplando el paisaje de la Vera, sus cuestas, poco a poco fuimos subiendo, empezó la tierra, subida dura, después una subida larga, en la que se veía a muchos corredores subir andando, yo aguante corriendo a pasitos cortos, me negaba a caminar. Llegamos al Guijo de Santa Bárbara que es otro pueblo cercano y la zona más alta de la carrera, aparentemente se acabo subir y sufrimos lo justo, no demasiado. Pero necesitaba sentir que me había  esforzado, así que a partir del km 18 salí a por todas, dejando atrás a Javier y dándole cera en la  bajada y poco a poco toboganeando (del verbo toboganear) fui recorriendo el pueblo (que la primera edición fue así de criminal) que cuando parecía que se iba a acabar la carrera, te salías del pueblo y luego volvías a entrar. Para rematarte antes de los 97 metros de rigor de la media había que subir unas escaleras. Llegué bastante contento y logré un sub 1h40'.

Buena organización, la mejor bolsa del corredor que he tenido nunca, luego la carrera creció y no fue lo mismo. Nos gustó tanto la carrera que repetimos durante muchos años. Javier corrió las 10 primeras ediciones, y yo las 7 primeras más la 10ª. Dejando mi récord en la carrera 1h 25:50. Tiene truco, las subidas se hacían muy lentas en 6:00 y la bajada final a 3:01, hay que aprender a reservar. La peor marca la hice acompañando a Javier y a otro Javier en un día de lluvia un poco por debajo de las 2h. La última vez que la corrí me dio una pájara mental, que me tuve que parar a caminar, nunca me había dado una pájara así y que tiraba y no tiraba, pero acabé en 1h36. 

Ahora es la edición 15ª y Javier la va a correr de nuevo, yo con mi fascitis plantar no puedo correrla, aunque la verdad que tantas veces acabé un poco saturado. Aunque la verdad que preferiría correrla.