martes, 2 de junio de 2015

Vertigo Race. Subida a la Torre Picasso



Desde hace tiempo llevaba queriendo correr una carrera de estas características, pero entre que hay muy pocas y cuando me enteraba de sus existencia era tarde para apuntarse, porque no me daba tiempo a entrenarla, pues lo fui dejando. 
Llevaba un tiempo un tanto desmotivado con esto del correr, no había ninguna carrera que llamara mi atención, pero un día vi la Vertigo Race anunciada, en la que se subía a la Torre Picasso, que en su día fue la torre más alta de Madrid. Tenía el tiempo justo para prepararla, 8 semanas, y decidí hacerlo. Nunca había dejado de correr del todo pero, a lo mejor salía una vez a la semana.
Apuntarme a esta carrera ha hecho que recuperara la motivación. Después me tocó un dorsal en un sorteo para correr una carrera, a las 3 semanas de empezar con la preparación, aunque luego se truncó la cosa y por la tarde me torcí el tobillo y tuve que parar dos semanas y después empezar poco a poco, vamos que el tiempo justo con el que partía se me fue al garete.

Llegó la hora de la verdad y llegaron los nervios, aunque tampoco demasiados, con el tiempo he logrado más o menos controlar la ansiedad competitiva.
La salida era escalonada en grupos de 8 personas cada minuto. Por cuestión de espacio lógicamente. Pensé que 8 serían demasiados, pero con el entrenamiento que llevaba de subir bloques, enseguida me adelante y dejé atrás a los de mi grupo, a lo que pensé si iría demasiado rápido, luego mis piernas me contestaron en piso 10, si sigues así, petas. Con lo que dejé de subir de dos en dos escalones y a aminorar el ritmo, agarrarme con las dos manos de la barandilla que se encontraba a mi izquierda, en el bloque de mi casa a mi derecha, y empecé a ir a buen ritmo pero, aquello no se podía llamar correr, a pesar de todo adelante a 4 corredores de la tanda anterior a lo largo del recorrido.
No había mucha luz, no se veía el exterior, vas viendo pasar los pisos y pasan muy rápido, tan rápido que en 6:22 llegué a la meta, 4 pisos antes apreté de nuevo, con los cuádriceps pidiendo piedad. Llegas arriba y te esperas unas vistas espectaculares, que piensas que la carrera a merecido la pena por subir, pero no, lo único que ves son tuberías, y con la pájara que llevas con un poco de suerte puedes ver a Mario Bros explorándolas. Está todo tapado, para que no se vea desde fuera y las grandes vistas están una plataforma que esta arriba que hace de helipuerto, a la que no te dejan subir. 



Después bajas y como la bajada no es en carrera la haces despacio y sigues bajando y piensas: ¿todavía voy por el 27?
Eso sí, el entrenamiento de escaleras y la carrera me han dado una fuerza extra en las patas que desconocía. Subo las cuestas mejor que nunca, con lo que de vez en cuando seguiré entrenado escaleras a tope.
Conclusión, si hay otra carrera de estas probablemente me apunte, pero si es a otra torre

¿Y ahora qué?

1 comentario:

  1. MUy original, desde luego que es un gran entrenamiento de piernas, aprovecha esa fuerza que tienes ahora y trata de ir recuperando tu mejor version, venga Alvaro que aun es posible correr rapido, que esta fuerza en piernas te sirva para que vuelva la motivacion. Vamos¡¡¡.
    Un abrazo y sigue dando buenas noticias.

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