Estoy corriendo a unos ritmos increíbles, eso sí, para no perder el metro, el autobús o el tren, porque de momento es esto lo que estoy corriendo. A buenos ritmos, pero sprints, muy cortitos. Casí nunca se me escapan los transportes, y juego a adelantar a esos otros pasajeros-corredores que intentan atraparlo como yo y he de decir, que sienta bien, que me siento bien corriendo, que me gusta disfrutar de esa velocidad aunque sea solo por unos instantes y me siento ganador cuando logro alcanzar el convoy y cuando se me escapa pienso que debería haber corrido más rápido.
Después de estas carreritas, la fascia no se resiente. Ni cuando subo escaleras, ni cuando me levanto de la cama, como suele pasar muchas veces. Me suele molestar cuando llevo un buen rato caminando o un buen rato sentado, pero hoy, que me toca currar 12 horas, no he notado molestia alguna (en algún momento me he levantado del asiento).
Como me molesta al caminar, apenas lo hago, menos correr (quitando los sprints), pues se nota, en la panza, he engordado 3kg y pico casi 4 desde que dejé de correr. Intentaré no seguir pillando peso, pero, es que tengo un poco de ansiedad y suelo devorar. Comer, correr, son verbos parecidos y como ahora no puedo correr... pues toca comer.
Bueno, algo de ejercicio hago, flexiones y abdominales, lo que uno no suele hacer cuando corre, eso me ayudará a una vuelta mejor y ponerme en forma antes, sin prisa, pero sin pausa.
Pero ya veréis poco a poco iré cogiendo la forma, así que disfrutad rivales ahora mientras esté ausente, me va a ser difícil alcanzaros, pero seguid entrenando duro, algún día volveré y ese día no podréis descansar, no habrá paz.