lunes, 23 de mayo de 2011

Barefoot


En este ciclo de vida de runner que estoy viviendo estoy siendo más anárquico que nunca, soy mi propio entrenador y no estoy teniendo disciplina. Corro cuando puedo y me da la gana, otras veces porque me lo impongo, otras me apetece y no tengo tiempo, o se me hace muy tarde (si entreno tarde me cuesta dormir), otras entreno por la mañana y voy con los músculos dormidos. En fin creo que sabéis lo que es un entrenamiento anárquico. 

Pues bien, el sábado, no me apetecía correr, pero es que apenas había entrenado en la semana, así que me impuse el salir, pero me encontraba pesado. Lo suyo era realizar un rodaje, que realmente es lo que más falta me hace, coger una buena base de fondo, pero al contrario que a muchos populares, no me gusta rodar, lo que me van son las series, el correr rápido. 

Con la pereza que tenía a lo 7 minutos me pare, mi mente me decía basta, no podía seguir, así que dije, vamos a hacer series. No puedor, no puedor, mi mente estaba tan ofuscada, que no iba casi arrastrándome. Corrí 3x200 en 42, 41, 41, cuando unos par de años antes hacía 12 en 33-34. Vamos que me los fui tocando. 

El problema también es que las zapatillas las tengo ya muy desgastadas y me molesta al correr. Pensé no puedo dejar el entrenamiento así. Me quité las zapatillas, los calcetines y me puse a rodar a buen ritmo, por lo menos para mi ahora por el césped artificial que había en el interior de la pista. Me sentía como un corredor nuevo, la pereza se desvaneció, hasta llegué hacer alguna que otra diagonal. Al fina salieron unos 7 km, que no es mucho, pero comparado con los 7 min. que había marcado al principio quedé bastante satisfecho.

Espero repetirlo dentro de mi anarquía, pero también voy a ver si me compro unas nuevas zapas

miércoles, 18 de mayo de 2011

El Rey de la Montaña

Hoya de San Blas

Hacía tiempo que no iba a la montaña. Con mi nueva vida de padre nunca encontré el momento, pero como ahora me quedé de "Rodríguez" durante unas semanas, he aprovechado para hacerlo. Lo malo es que cada fin de semana hacía mal tiempo. Así que decidimos ir este sábado a la Hoya de San Blas, solo conseguí convencer a un amigo. Hacía calorcito, un día explendido, hasta apetecía bañarse en el río. Cuando empezamos a subir, se notaba mi lamentable estado de forma de montañero y me agotaba enseguida. Nos quedamos en medio del bosque porque había que reservar fuerzas para el concierto de la tarde y poder estar pegando botes en Rivas. 

Según íbamos subiendo por el bosque se nos iban sumando montones de moscas, nunca me habían molestado tantas, hasta para comernos el bocadillo, con una mano lo sujetaba y la otra la estaba moviendo continuamente para espantarlas. Dicen que se ponen muy pesadas cuando va a ver tormenta. En un momento, se cubrió el cielo, y al ratito empezó a llover. Pensamos que sería una nube pasajera. Comenzó a granizar y nos refugiamos bajo una rama. Si ya sé que esta mal estar debajo de un árbol en una tormenta, pero, estaba lleno de árboles, y joder, el granizo duele. 
Uff, esto no para, tocaba salir por patas. Mochila a la cabeza para protegernos de los cubitos de hielo y bajar lo más deprisa que podamos. La montaña se quedó blanca de lo que granizo y nosotros empapados. ¿No querías bañarte? Pues toma dos tazas.
Los caminos se convirtieron en torrentes, arrastrando el las bolitas de granizo. Los arroyos ensancharon y por donde cruzamos anteriormente dando un salto, no había forma de atravesarlo, así que fuimos por todo el medio, total ya estábamos empapados. Ni siquiera lo noté, con lo que jarreaba, solo se renovó el agua que había dentro de las botas. Es lo que tiene el gore-tex, lo que entra no sale. Una vez que salimos del bosque, nos pusiemos a correr, con las mochilas en la cabeza en dirección hacia el coche, así nos mantuvimos calentitos y aguantar la mojadura hasta colmenar. Fue un buen entrenamiento.

Alto de Guarramillas (Bola del Mundo)

El título del post viene por el entrenamiento que hice ayer, prácticamente desde que me fui a vivir a Colmenar tenía ganas de hacerlo. Me fui a subir el Alto de Guarramillas, más conocido como Bola del Mundo. Esto suponía como un reto personal y estaba tan nervioso como si de una competición se tratara. 

Salí del curro a las 15:00 y fui directamente para allá, antes me había jalao dos bocatas, un plátano y una chocolatina con almendras. Llegué al parking del Puerto de Navacerrada, me cambié y cogí el camino equivocado, más bonito, más corto, pero más duro, el de cemento no, el de tierra y piedras. Empecé a correr y a los 3 minutos y medio me encontré con un rebeco que subía a toda leche huyendo de mi presencia. Ahí me paré a observarlo, única parada que hice.


La siguiente media hora, que es lo que tarde en coronar la cima, la hice del tirón. Empecé corriendo un minuto y 10 segundos y recuperaba andando 50 segudos, hasta que llegué a una gran subida empinada, que ya hice prácticamente el resto caminando deprisa, salvo alguna excepción. 
La espalda se me cargó mogollón, por la zona lumbar y la relajé subiendo algunos tramos de espaldas.
Era impresionante subir la montaña y no encontrarme con nadie, solamente el rebeco, una lagartija y un par de cuervos que esperaban a que me despeñase.
Cuando llegué a la cima me sentía El Rey de la Montaña. Yo solo frente a esa preciosa vista como acompañante. El cielo se estaba encapotando, así que, dada la experiencia, estuve poco en la cima y salí por patas, esta vez si hice la bajada corriendo todo el rato y por el camino cementado. 
Al llegar al coche se puso a llover un poquito, pero me quedé para comprobar como iba a más.

Hoy tengo como recuerdo unas estupendas agujetas que me recuerdan que cumplí mi reto y que por unos instantes fui el Rey de la Montaña

miércoles, 11 de mayo de 2011

Vaya pájara!!!

Los últimos entrenamientos que estoy teniendo son bastante irregulares. Un día entreno bien y al siguiente aunque no me encuentre cansado, me sale una cagada, así que poco había que contar y no he añadido ninguna entrada al blog. Debido a esta irregularidad, tengo falta de confianza. Pensaba corre el sábado la III vuelta a la Jarosa, pero va a ser que no, iré a la montaña, pero a hacer senderismo, que también me hace falta coger aires nuevos. 
El entrenamiento de ayer se merece una entrada, por lo menos para que a mi me quede constancia. Fue un día ajetreado y aunque anoche tarde, entrené a última hora y se me hizo de noche. Cuando se me hace tarde, no voy por senderos, ni por caminos, dar vueltas por la calle con las cuestas que hay es bastante duro, en el nivel en el que estoy, así que si se me hace tarde, voy a la pista a entrenar. Antes entrenaba a menudo en pista y no se me hacía tan duro como ahora dar vueltas a un ritmo rápido. He llegado a hacer 12 km (30 vueltas). Ahora, aunque intente hacerlo me es imposible, no se llevar un ritmo, voy demasiado deprisa para poder aguantar, aunque antes era un ritmo lento.
Quería hacer cambios de ritmo en carrera continua, vamos ir meterme fondo poco a poco pero con un poco más de calidad. Los famosos Kas, K1 = ritmo lento, K2 = ritmo medio, K3 = ritmo rápido. Hice una vuelta de cada por dos, osease, 2x(k1+k2+k3) y terminé lo suficientemente cansado como para parar, y eso hice, en total 2.400 metros.
Una ver recuperado empecé a hacer series, todo esto sin mucha premeditación. Así empecé 400 + 4x200 + 4x100. Se me hizo duro el acabar, pero esta vez mi mente me convenció cuando mi cuerpo me decía: "tate quieto ya". Pero quería llegar a los 4000 metros entre las series y los Kas.
Menudo pajarón que me pillé, lo celebré con una cervecita en casa, que después de este palizón (para estos momentos) me tomé una cerveza, hay que ver como pega después de una pájara así. Eso si antes me tome mi Powerade anticongelante (el azul).

Tiempos:
2x(k1+k2+k3) en 20'21"
400 en 1'26"
4x200 en 37",36",36", 35"
4x100 en 15",16",16",!5"
No son buenos tiempos, pero en este momento es lo que hay. La recuperación 2'30".